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La nueva era de Europa, sólo posible con 5G – Artículo en Mediatelecom

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Artículo publicado originalmente en Euroactiv

Con un acuerdo sobre el espectro en marcha, ahora viene el verdadero desafío, es decir, desplegar 5G antes que nadie.

Sin embargo, las perspectivas no son prometedoras; Europa está luchando por mantenerse a la par con la vanguardia estadounidense y asiática y deberá luchar vigorosamente para recuperar el impulso.

Para empezar, debemos reconocer dos hechos simples.

En primer lugar, cuanto antes, mejor. Si lo estamos haciendo, bien podríamos hacerlo ahora. Importa quién lanza 5G primero y quién espera hasta el último minuto.

Europa necesita una infraestructura completamente desarrollada para principios de 2020, no un día después, para poder competir por inversiones globales. Las consecuencias de no estar a la altura del paquete serán un drenaje continuo de las principales compañías tecnológicas de Europa.

En la actualidad, muy pocos gigantes tecnológicos mundiales son europeos y las inversiones en Europa son insignificantes en comparación con las cifras obtenidas en América del Norte y Asia.

Con el tiempo, este desarrollo es aún más evidente. Estados Unidos es, con mucho, el mercado más grande para la financiación de tecnología, aproximadamente $150 mil millones en 2017, y si alguien se está poniendo al día, no es Europa, sino China.

Estados Unidos, China, Japón, Corea del Sur y, con suerte, Europa, liderarán la carga hacia 5G. Quien lo implemente de la manera más rápida y consistente, también será quien obtenga los beneficios completos de lo que seguirá: una penetración digital sin igual de sociedades enteras, con nuevos modelos de negocios, servicios, mercados y una nueva percepción de lo que es y lo que podría ser digital.

Si Europa quiere ingresar a la nueva era de todo lo digital, no hay razón para esperar.

En segundo lugar, cuanto más, mejor. Más espectro es mejor que menos espectro y deberíamos optar por asignar un poco más que enfrentar las consecuencias de hacer muy poco.

Con demasiada frecuencia, la discusión sobre qué frecuencias asignar se despolitiza y termina siendo un debate cerrado entre los expertos iniciados.

Aunque ciertamente es un tema técnico, es algo directo. Los estándares internacionales se producen rápidamente y Europa sólo necesita apresurarse más rápido que el resto del mundo para reunir el impulso suficiente para tomar la iniciativa.

El acuerdo de espectro se abre para las bandas 5G cruciales que se asignarán en 2020, que es un primer paso sólido, pero aún queda mucho por hacer.

Europa no sólo tiene que cumplir este compromiso, y hacerlo sin excepciones ni retrasos, sino que debe ir más allá de lo necesario para coordinar y armonizar las subastas y asignaciones y, lo que no es menos importante, garantizar que la duración de las licencias refleje la gran necesidad de seguridad de la inversión, previsibilidad a largo plazo y condiciones comercialmente buenas.

Ninguno de los mercados nacionales puede solo ganar la masa crítica requerida para las inversiones que cambian el juego. Sin embargo, un mercado europeo tiene un tamaño similar al de sus competidores.

Cuanto antes mejor y más, mejor. No tiene que ser más complicado que eso.